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El Eco del Olvido

Capítulo 01: El despertar

El sol se filtraba entre las cortinas raídas de la vieja cabaña. El televisor estaba encendido, pero en la pantalla solo se veía un cartel que decía: "Sin señal". Afuera, el bosque despertaba con el canto de los pájaros y el murmullo del viento entre los árboles, todavía húmedos por la intensa lluvia de la noche anterior.

Adam se incorporó lentamente, sintiendo aún el peso del sueño en sus párpados. Un agudo dolor de cabeza lo golpeó de inmediato, acompañado por un fuerte olor a alcohol. Whisky, lo más probable. Lo sentía impregnado en su cuerpo y en toda la cabaña. Trató de recordar cómo había llegado allí, pero su mente era un caos de imágenes difusas.

Por un momento, creyó recordar todo. Sin embargo, al transcurrir unos minutos, notó que no eran verdaderos recuerdos, sino que su cerebro había inventado momentos para llenar el vacío del olvido. Intentó volver a dormir, pero la inquietud no se lo permitió. Ahora, no tenía escapatoria: era momento de enfrentar la realidad.

Algo no encajaba. Adam no era alguien que se emborrachara con facilidad, y mucho menos alguien que sufriera resacas tan intensas. Había algo más en todo esto, algo que no podía explicar...

Capítulo 02: Huellas en la tierra

El suelo húmedo alrededor de la cabaña estaba marcado por pisadas recientes. Algunas parecían ser suyas, pero otras eran más grandes y profundas. Con un escalofrío recorriéndole la espalda, Adam decidió seguirlas, con la esperanza de hallar respuestas antes de que la noche cayera.

Aún confundido y un tanto cansado, intentaba concentrarse en las huellas que lograba identificar. Luchando con la angustia y la incertidumbre seguía avanzando, necesitaba comprender la situación, ¿Cómo es que había llegado a esa cabaña? ¿Estaba solo? ¿Alguien lo había acompañado hasta es lugar? Su mente no paraba de dar vueltas al asunto, mientras intentaba pisar firme la hierba húmeda.

Las huellas seguían su curso, perdiéndose en la oscuridad del bosque. Adam caminaba con cautela, observando cada paso, sintiendo cómo la tensión crecía. En un recodo del sendero, vio algo raro: un objeto brillante, casi oculto bajo las hojas secas. Su corazón se aceleró, pues no podía entender cómo algo así había llegado allí. Decidió acercarse, sintiendo cómo su respiración se volvía más pesada con cada paso.

Con el pulso acelerado, Adam se inclinó y apartó las hojas con cautela. Bajo ellas, encontró un reloj de bolsillo, su cubierta de plata reflejaba la luz de la luna. Al tocarlo, una sensación extraña recorrió su cuerpo, como si un recuerdo distante intentara manifestarse. No reconocía el objeto, pero algo en él le resultaba inquietantemente familiar.

Tomó aire y se inclinó para recogerlo. Era un collar de plata cubierta de barro. Sus dedos temblaban al girarlo, descubriendo unas iniciales grabadas en su superficie. Miró a su alrededor con cautela, notando que las huellas parecían alteradas, como si alguien hubiera intentado borrarlas. El viento sopló con fuerza entre los árboles, y por un instante, creyó escuchar un susurro lejano.

El susurro se desvaneció en la distancia, dejando a Adam con la piel erizada y una sensación de inquietud. Sin dudarlo, se lanzó a correr, tropezando con raíces y esquivando ramas bajas, la respiración agitada. De repente, como si el bosque mismo quisiera detenerlo, las ramas de un arbusto se interpusieron en su camino, haciéndolo tropezar y rodar colina abajo. El golpe sordo contra la tierra le quitó el aire, y el dolor punzante en la rodilla lo aturdió. Con el mundo girando a su alrededor, divisó a lo lejos un resplandor de claridad en la negrura del bosque.

Capítulo 03: Ecos del pasado

En un claro del bosque, encontró un viejo diario cubierto de barro. Al abrirlo, la tinta corrida dificultaba la lectura, pero una frase resaltaba con claridad: "No confíes en nadie". El nombre que encontro en ese diario era el suyo. En este diario encontro instrucciones de lo que tenia que hacer y como actuar en diferentes circunstacias, parecia como si realmente lo hubiese escrito, el mismo pero en un futuro distante. Esto fue aterrador, pero al mismo tiempo le hizo dudar si esas palabras eran suyas o de alguien más.

Había frases tachadas y otras apenas visibles, pero algunas destacaban: "recuerdos alterados", "vigilado", "control". Adam sintió un vacío frío en su mente. Si sus memorias podían ser manipuladas, ¿qué parte de él seguía siendo real? Por primera vez, temió que sus pensamientos no fueran completamente suyos… o que alguien más los hubiera escrito por él...

Un escalofrío recorrió su espalda cuando pasó las páginas. Había una lista con fechas, nombres y eventos que aún no habían sucedido. Su nombre aparecía una y otra vez, como si el diario estuviera narrando su futuro con una precisión inquietante. Al final de una página, casi borrada por la humedad, una advertencia clara le erizó la piel: "Cuando leas esto, será demasiado tarde".

Capítulo 04: Voces en la oscuridad

La noche cayó rápidamente, y con ella, los sonidos del bosque cambiaron. Entre el susurro de las hojas, distinguió voces apagadas. No veía a nadie, pero su corazon latia de manera desenfrenada.

Sus pasos crujían sobre la hojarasca húmeda. Cada sonido parecía un eco de su propia respiración. Un escalofrío recorrió su espalda sin razón aparente. Algo, o alguien, se movía en la penumbra del bosque.

De pronto, entre el murmullo de hojas y ramas, una risa débil y quebrada se deslizó en la brisa nocturna. No sonaba cercana, pero tampoco distante. Adam contuvo la respiración y aguzó el oído. Las voces seguían ahí, pero ahora parecían susurrarse entre sí, como si debatieran algo en secreto. Un crujido a su derecha lo hizo girar en seco. La oscuridad le devolvió una imagen borrosa, apenas un destello de movimiento entre los árboles. Sus músculos se tensaron. No estaba solo.

Capítulo 05: Un extraño aliado

Cuando pensó que estaba solo, una figura emergió de entre los árboles. Vestía ropas desgastadas y sus ojos reflejaban urgencia. "Si quieres vivir, ven conmigo", susurró antes de girarse y comenzar a correr.

Adam dudó por un instante, su mente debatía entre seguir a un desconocido o quedarse en el peligroso claro. La figura desapareció rápidamente entre las sombras, como si el bosque mismo la reclamara. Sin pensarlo más, dio un paso adelante, sintiendo una mezcla de miedo y curiosidad. ¿Qué podría ser tan urgente? ¿Y si la figura solo la estaba llevando hacia un destino aún más oscuro? Sin embargo, la opción de quedarse atrás parecía más peligrosa. Sin otra alternativa, comenzó a seguirla.

Lleno de preguntas, pero con ritmo veloz, comenzó a correr tras los pasos de su presunto aliado, que, durante su previo instante de dudas, lo habia dejado atrás. Mientras intentaba alcanzarlo, comenzó a escuchar ruidos detras de él, y sin saber si lo estaban persiguiendo o era su imaginacion, solo pudo acelerar el paso esperando alcanzar al extraño.

Adam sintió el latido acelerado en su pecho mientras corría. Las sombras del bosque parecían moverse a su alrededor, distorsionando su percepción. Por un momento, creyó escuchar pasos adicionales tras de él, no solo los suyos. ¿Era su imaginación o algo más lo perseguía? El extraño iba unos metros adelante, sin voltear, como si supiera exactamente hacia dónde se dirigía. Adam tragó saliva, su mente dividida entre la desconfianza y la necesidad de seguirlo. El extraño giró la cabeza apenas un instante, con la urgencia ardiendo en su mirada. "¡No te detengas!"

Capítulo 06: El refugio olvidado

Tras correr varios minutos, llegaron a una cueva oculta tras una cascada. Dentro, las paredes estaban cubiertas de dibujos y símbolos que Adam no entendía. "Aquí estarás a salvo... por ahora", dijo el extraño, cerrando la entrada con una gran piedra.

El eco resonó profundo, la humedad se sentía en el aire. Adam miró los símbolos, intentando descifrar su sentido oculto. "¿Qué significan?", preguntó al extraño, intrigado y confuso a la vez. "Este lugar conecta mundos", dijo él, con tono misterioso, sin añadir nada más.

Más adelante, sobre una pared más lisa que las demás, encontró un grabado diferente. Representaba una figura de pie frente a un umbral de piedra, con el mismo símbolo que él tenía en el brazo. La imagen despertó una extraña familiaridad en su interior, una sensación de que ese símbolo era la llave para un recuerdo perdido.

¿Qué significaba ese símbolo? La figura del umbral, con ESE símbolo, lo perturbaba. "¿Por qué este lugar me resulta tan familiar?" preguntó Adam, buscando respuestas en el extraño. El rostro del hombre, ahora su protector, permaneció inexpresivo, como si guardara un secreto. "Las respuestas están aquí, en la piedra", dijo al fin. "Debes encontrarlas tú mismo".

Adam pasó los dedos sobre la piedra, sintiendo su aspereza, su historia grabada en símbolos. Un escalofrío lo recorrió cuando, de repente, una densa bruma comenzó a filtrarse por la entrada de la cueva.

Capítulo 07: Sombras en la niebla

La bruma se cernía sobre el sendero, densa y pesada, como si intentara ocultar algo. Cada paso resonaba en el silencio, amortiguado por la humedad del suelo. De repente, una silueta borrosa emergió a pocos metros, inmóvil, observando. No tenía rostro, pero su presencia bastaba para helar la sangre.

El protagonista entrecerró los ojos, tratando de distinguir algún rasgo en la figura. La niebla jugaba con su percepción, distorsionando los contornos. Por un instante, creyó ver un reflejo, como si su propia imagen se proyectara en aquella sombra. ¿Era un espejismo, una advertencia, o algo más siniestro?

Un escalofrío recorrió su espalda cuando la figura se movió, lenta pero decidida. El crujido de las hojas bajo sus pies parecía venir de todas partes. La bruma parecía viva, envolviéndolo con susurros casi inaudibles. Retrocedió un paso, sintiendo la urgencia de huir, pero algo en su interior lo obligó a quedarse. De repente, una brisa inusual despejó parte de la niebla, revelando un objeto en el suelo.

Un colgante de metal, con un símbolo que le resultaba inquietantemente familiar. Su mano temblorosa se extendió para tomarlo, y en cuanto sus dedos rozaron el frío metal, un torrente de imágenes invadió su mente. Sombras, gritos lejanos y una sensación de déjà vu lo envolvieron. Algo dentro de él sabía que esta noche cambiaría todo.

El sonido de un murmullo rompió el silencio, como si alguien pronunciara su nombre desde la niebla. Su corazón se aceleró mientras miraba a su alrededor, buscando un rostro entre las sombras. La silueta de antes ya no estaba, pero la sensación de ser observado persistía. El colgante pesaba en su mano, un recordatorio de que lo que acababa de encontrar no era una simple coincidencia.

Capítulo 08: La verdad oculta

"La cabaña no fue un accidente", dijo el hombre, encendiendo una antorcha. "Tú elegiste olvidar". Adam sintió un nudo en el estómago. El hombre lo miró fijamente, como si esperara algo. "¿No lo recuerdas? ¿O lo hiciste a propósito?" La antorcha iluminó su rostro y Adam vio una cicatriz que no había visto antes. Adam intentó calmarse, pero todo lo que escuchaba no tenía sentido. No podía recordar nada. "Recuerda", dijo el hombre con más fuerza, "es la única forma". Adam cerró los ojos.

Luego de eso, Adam procedió a recordar el origen de su peculiar lastimadura mientras se frotaba la cicatriz. Trató y trató hasta que se descompuso y se desmayó. Luego de unas horas, se levantó en el suelo a unos metros de donde estaba anteriormente, junto a un peculiar gato que llevaba en el collar el nombre "Manchitas". El gato, de color blanco con manchas naranjas, le proporcionó compañía junto al hombre misterioso hasta que pudo reincorporarse nuevamente.

Adam acarició a Manchitas. El nombre le sonaba familiar, pero no sabía por qué. El hombre misterioso lo observó en silencio. "Él también estaba allí esa noche", dijo con voz firme. Adam sintió un escalofrío. ¿Qué noche? Su corazón latía con fuerza. Algo estaba mal. El hombre le arrojó un cuaderno viejo. "Léelo", ordenó. Adam lo tomó con manos temblorosas. La caligrafía le resultaba familiar. "No hay otra opción. Debo hacerlo antes de que sea tarde." Su propia letra. Sus propias palabras. ¿Qué significaban? Manchitas se acurrucó en su regazo. De repente, un recuerdo lo golpeó. Lluvia. Gritos. Una cabaña envuelta en llamas. Adam jadeó y tocó su cicatriz. Ahora lo recordaba. Había tomado una decisión drástica. Pero, ¿por qué? Miró al hombre, aún temblando. "Dime la verdad..." El hombre se acercó. "Eso, Adam, es algo que solo tú puedes recordar."

Adam apartó la mirada del hombre misterioso y se concentró en las páginas ajadas del cuaderno. Sus ojos se deslizaron por la tinta, buscando sentido en el caos entre las frases escritas y sus recuerdos nublados. Sus dedos se apretaron alrededor del cuaderno mientras su mente luchaba por encajar las piezas del rompecabezas. Su propia letra, sus propias palabras, su propia advertencia. Sintió un escalofrío recorrer su espalda al leer ... "La cabaña arderá. El fuego lo consumirá todo. No hay otra opción. No hay vuelta atrás." El recuerdo llegó como un golpe en la cabeza: el crujido de la madera ardiendo, el olor del humo ahogándolo "Yo..." Su voz apenas era un susurro. "Yo lo hice." El hombre asintió lentamente, su expresión impenetrable. "No todo es lo que parece, Adam. Sabías lo que estaba en juego. Sabías que no podías permitir que continuara." Manchitas saltó de su regazo y se acercó al hombre. Este se agachó y acarició la cabeza del felino con suavidad. "Él también estuvo allí. Vio lo que ocurrió. Y sin embargo, sigue aquí, contigo. ¿No te dice eso algo?" El hombre se puso de pie. "El tiempo se agota, Adam. Debes recordar antes de que ellos lleguen."

Capítulo 09: Las sombras de la memoria

Un dolor punzante recorrió su cabeza cuando intentó recordar. Imágenes borrosas que pasaban rápidamente le atormentaban. Aquel hombre, que yacía parado en frente de nuestro protagonista, se muestra extrañado. Este le tiende la mano pero Adam se aleja. Ahí, un recuerdo fugaz le viene a la mente. Sangre, mucha sangre... luego levanta su vista y resulta que esta proviene no de sí, si no que de un tercero. Las palabras crípticas que antes le habían pasado por las orejas ahora recorren su mente, incluso más rapido que sus recuerdos. Encajando a la perfección en aquella aterradora escena que perturbaba a nuestro protagonista.

El hombre permaneció en silencio por unos instantes, evaluando cada palabra que parecía luchar por salir de los labios de Adam. Finalmente, dio un paso adelante, con una expresión indescifrable. "No es lo que hiciste, Adam, sino lo que permitiste que sucediera". Esas palabras desencadenaron una nueva oleada de recuerdos, más vívidos esta vez: una cueva oscura, ecos de una discusión violenta, y un cuchillo que destellaba bajo una tenue luz.

El aire en la cueva se tornó denso y, con cada latido, el terror de Adam crecía más. Intentó dar un paso atrás, pero su cuerpo se sentía anclado al suelo. La voz en su cabeza insistía en que recordara, que asumiera lo que había hecho. Su mirada vagó en la oscuridad hasta que algo percibió en el suelo. Iluminó su mirada el incandescente brillo de un objeto metálico que cegaba su cordura.

"Recuerda lo que perdiste Adam..." susurró la voz en su mente. La oscuridad en la cueva se volvió opresiva. Adam miró al extraño con desconfianza, pero algo no encajaba. Una sensacion de traición lo envolvía mientras el aire se hacia más denso, pesado. Sus ojos recorrieron el suelo hasta que se detuvieron en un destello metálico. Algo no estaba bien...

Capítulo 10: La traición

La cueva ya no parecía tan segura. Adam notó que el extraño evitaba responder algunas preguntas. Y entonces lo vio: en el suelo, parcialmente oculto bajo una roca, había un cuchillo con su nombre grabado en la hoja.

Pensó que, de ser así, había estado previamente en esa cueva. El extraño sabía lo que había pasado y, aun así, decidió no revelarle lo sucedido. Decidió tomar el cuchillo y preguntarle por qué llevaba su nombre, pero este solo se limitó a verlo. Internamente, sintió que debía huir de allí cuanto antes.

Un escalofrío recorrió su espalda cuando la luz de la antorcha iluminó mejor el mango del cuchillo. Había marcas en la empuñadura, muescas irregulares que parecían haber sido talladas con prisa. No eran solo cortes, sino números. Fechas. Su pecho se oprimió al notar que una de ellas coincidía con la noche en que despertó en la cabaña.

El extraño dio un paso hacia él. "No debiste encontrar eso", murmuró con voz grave. Sus ojos, antes llenos de urgencia, ahora reflejaban algo más oscuro. Adam retrocedió instintivamente, aferrando el cuchillo con fuerza.

"¿Qué me estás ocultando?" preguntó con la voz entrecortada.

El silencio se volvió insoportable. Finalmente, el extraño suspiró y se quitó la capucha. Adam sintió cómo el suelo se desvanecía bajo sus pies. Frente a él, con su mismo rostro, estaba otro Adam.

"Yo tomé la decisión que tú no recuerdas", dijo su doble, "y ahora es tu turno".

Adam se quedo mirando desconcertado a su interlocutor. Como era esto posible? Como podia otra persona tener su mismo rostro? Fue entonces cuando algo llamo su atencion, una antigua cicatriz en el brazo del otro Adam que parecia autoinflingida. Eran unos simbolos extraños aparentemente hechos con la punta de un cuchillo.

Capítulo 11: La marca del destino

Al examinar su brazo, notó algo que antes no estaba allí: un símbolo tallado en su piel. El extraño palideció al verlo. "No puede ser...", murmuró. El miedo recorrió todo su cuerpo al recordar la leyenda de su familia. Ese símbolo solo aparecía en aquellos destinados a enfrentar el juicio final.

Intentó frotarlo, pero su piel ardió al contacto, como si el fuego lo protegiera. La desesperación se adueñó de su cuerpo y mente, sus pensamientos se llenaron de preguntas. Miró al extraño que todavia tenia en su rostro la expresión de sorpresa. Vio como remangaba su manga y la expresión que había estado en el rostro de su acompañante se dibujo en el de Adam... tenían el mismo simbolo.

Fue en ese momento que Adam reconocio en aquel extraño cierta familiaridad, a esa persona. Antes la desesperante situacion que se dio de manera inesperada, buscó mantener la calma por lo que decidió buscar, en el extraño de la cueva, las respuestas que necesitaba; le habló de una ubicacion, que el desconocia, en el bosque en donde encontraría las respuestas que estaba buscando.

Adam le preguntó: "¿Cómo reconoceré la ubicacion?", y el extraño respondió "Lo sabrás cuando lo veas". Adam dió media vuelta y se encaminó hacia el bosque en busca de lo desconocido. Luego de un largo caminar, Adam encontró un sendero de piedras, decidió seguir ese camino.

Capítulo 12: El umbral prohibido

Guiado por nuevas pistas, Adam llegó a una puerta de piedra en medio del bosque. Estaba cubierta de símbolos idénticos al de su brazo. Al tocarla, la puerta tembló levemente y, con un sonido profundo, comenzó a deslizarse hacia un lado.

Del otro lado, un camino de piedras iluminado por candelabros se extendia hacia lo desconocido. El aire era pesado, impregnado de un olor a extraño y misterioso. Adam avanzo con precaución, sintiendo que las sombras se movian a su alrededor. Las sombras en el pasillo parecían moverse por sí solas, susurrando en el silencio que lo rodeaba.

Un susurro surgió de la nada, pronunciando su nombre con un eco distorsionado. Adam se detuvo, buscando el origen del sonido, pero solo vio el brillo de los candelabros. Su instinto le decía que seguir era un error, pero la curiosidad lo empujó a avanzar. Una sensación de inseguridad invadió por completo a Adam.

Su corazón latía sin cesar, su respiración se aceleraba, sus piernas temblaban en ese maldito pasillo odirífero e infernal. Esos pensamientos, provenientes de los rincones más profundos de su mente, no lo dejanban ver con claridad. A pesar de todo esto, por todo lo que estaban pasando, Adam no se detuvo.

Capítulo 13: Más allá del umbral

Al otro lado de la puerta, la realidad parecía distorsionada. El cielo tenía un color imposible y la gravedad se sentía extraña. Sin embargo, algo le resultaba familiar; tenía la sensación de haber estado allí antes, pero no lo recordaba. Era similar al bosque, pero distorsionado; la forma de los árboles era extraña, y sus sombras parecían alargarse de manera antinatural. El suelo tenía una vegetación nunca antes vista, y alrededor habían criaturas misteriosas, figuras extrañas que no pertenecían a este mundo. Todo parecía irreal. Se sentía confundido. ¿Qué era ese misterioso lugar?

Al intentar acercarse a una de estas creaturas, la misma salió corriendo. Debido a la dirección poco natural de la misma, Adam la siguió, pensando que lo estaba guiando. Empezó a correr detrás de la misma, la cual lo alentaba a apurarse. Adam se detuvo en seco, observando a su alrededor.

El paisaje era extraño, pero al mismo tiempo familiar. Recordó haber visto algo similar en un sueño recurrente. La sensación de déjà vu lo invadió mientras miraba las sombras moverse alrededor. Algo estaba a punto de suceder.

Adam comenzó a caminar con cautela, sintiendo cómo el aire a su alrededor se volvía más espeso, casi tangible. Las sombras no solo se movían, sino que parecían cobrar vida, como si el propio bosque estuviera consciente de su presencia. Cada rincón parece familiar, pero algo en el aire lo hace sentir que algo está mal, como si estuviera atrapado en un ciclo del que no puede escapar. La puerta se cierra lentamente tras él, y por un momento, un murmullo distante lo llama desde la oscuridad del bosque.

Capítulo 14: Ecos de otro tiempo

Un grupo de figuras encapuchadas lo esperaba al otro lado. "Regresaste", dijo una voz familiar. "Pero... no eres el mismo". Adam observó a las figuras, sintiendo que las conocía, pero sin poder recordar cómo. Algo despertaba en él, pero no entendía qué era. Las opciones eran claras, pero las consecuencias, inciertas. Cada decisión lo llevaría a un futuro que no podía prever.

El aire se volvió denso, como si el tiempo mismo se detuviera a su alrededor. Las figuras lo rodeaban, expectantes, aguardando un paso que solo él podía dar. Un susurro lejano se filtró en su mente, avivando una verdad que aún no comprendía. Adam supo entonces que el pasado lo había alcanzado y ya no había vuelta atrás.

Un escalofrío recorrió su espalda mientras las sombras distorsionaban su percepción de la realidad. Sintió una presión en el pecho, como si un peso invisible lo empujara hacia el centro del círculo. Sabía que debía hablar, pero las palabras se quedaban atrapadas en su garganta, sin poder salir. Las figuras esperaban en silencio, mientras el miedo y la confusión lo inmovilizaban por completo.

Todo comenzo a desvanecerse a su alrededor. No podia diferenciar si aquello estuviera ocurriendo realmente, o solo es su imaginacion. Comenzo a escuchar susurros, que poco a poco se convirtieron en gritos desgarradores. "TIENES QUE RECORDAR" repetian todos al unisono.

Capítulo 15: La decisión final

Las piezas del rompecabezas finalmente encajan. Recuerda todo: el pacto, el sacrificio, la traición. Ahora tiene dos opciones, pero ambas lo devolverán al punto de partida.

Adam se detuvo, su respiración agitada. Frente a él, las figuras encapuchadas lo miraban sin decir nada. La elección que debía hacer era clara, pero la duda lo atormentaba. ¿Cómo podría estar seguro de que tomaría la decisión correcta? Los ecos del pasado resonaban en su mente, pero el futuro dependía de su siguiente paso.

El primer camino prometía una redención dolorosa, con sacrificios más grandes de los que imaginaba. Si elegía esta vía, tendría que enfrentarse a aquellos a los que una vez traicionó. Las sombras de su traición parecían alargar su mano hacia él, recordándole lo que había perdido. Esto alude más al dilema de Adam y sus posibles decisiones difíciles-

El segundo lo atraía con la promesa de poder. Pudo sentir la energía en el aire, llamándolo con fuerza. Sabía que, si lo tomaba, las reglas del mundo que conocía cambiarían para siempre. Sería libre de su pasado, pero también perdería todo lo que quedaba de su antigua vida. Aceptar este poder significaba renunciar a su humanidad.

Finalmente, Adam cerró los ojos. La decisión ya estaba tomada, aunque en su corazón aún latía la duda. Un último vistazo a las figuras encapuchadas le dejó claro que lo sabían todo. No había retorno, y el destino que lo esperaba al final de los caminos sería uno que nunca podría desandar. De pronto, dió un paso al frente.

Capítulo 16: El precio de la verdad

Escoge su camino, sabiendo que no hay vuelta atrás. La elección despierta una reacción en cadena que lo cambiará todo. Mientras la puerta se cierra lentamente, escucha desde fuera una voz burlona diciendole "gracias", pero ya no podía salir.

Su cuerpo comenzó a desvanecerse. Sintió escalofríos y desesperación, lo invadía la bronca y el rencor, se lamentaba de las decisiones que hicieron que terminara ahí y el haber confiado en la persona equivocada que lo llevó a volverse el sacrificio. Pero ya no podía hacer nada más que aceptar su destino mientras la oscuridad lo envolvía.

Un último destello iluminó su mente, como un reflejo de lo que alguna vez fue. Por un instante, creyó escuchar su propio nombre susurrado en la nada, pero antes de poder reaccionar, todo se desvaneció. Su consciencia se apagó, pero luchó para recuperarla, decidido a intentar algo.

Con sus últimas fuerzas, Adam agarró el cuchillo que había encontrado antes, y, entendiendo lo que había sucedido, intentó volver a tallar el símbolo de la puerta en su piel, creyendo que, la siguiente vez, vería ese símbolo sangrando haciendo que se aleje de esa puerta. Finalmente, cae agotado, notando como su cuerpo va perdiendo fuerzas a cada segundo.

Tirado en el suelo intentando mantener la consciencia hasta el final, apenas capaz de mantener sus pesados parpados un poco abiertos, Adam mira con odio y resentimiento a las figuras encapuchadas frente a él mientras repasa todo lo ocurrido en su mente, tratando de pensar en alguna forma de detener esto, "la próxima vez será diferente" susurra antes de perder la consciencia y hundirse en la oscuridad.

Capítulo 17: El ciclo continúa

Cuando la luz desaparece, Adam despierta en una cabaña conocida. El sol entra por las cortinas raídas, tiñendo el suelo con destellos dorados. Afuera, el bosque canta con el amanecer. Sin embargo, algo se siente fuera de lugar. Un mareo repentino lo sacude. La neblina se filtra por las grietas, espesándose a su alrededor. Desorientado, avanza tambaleante, pero el mundo parece doblarse a su paso.

De pronto, cae de rodillas y la oscuridad lo envuelve. Cuando despierta, la cabaña ya no es la misma. Las paredes, antes sólidas, tienen grietas profundas por donde la neblina se desliza como si respirara. En el suelo, unas marcas brillan con una luz fría. Un susurro lejano resuena en su mente, pero no distingue las palabras. Entonces, un golpe seco rompe el silencio y el aire se vuelve gélido.

Gira de inmediato, pero no hay nadie. Su respiración se agita cuando las marcas comienzan a expandirse, formando patrones desconocidos. El suelo parece ablandarse bajo sus pies, como si algo tirara de él desde abajo. Las sombras en los rincones se alargan, acercándose con movimientos irregulares. Intenta correr, pero el miedo lo paraliza. Algo, o alguien, lo observa en la penumbra.

Las paredes laten, vibrando con una energía opresiva. Desde el suelo, un sonido sordo emerge, profundo y creciente. Las marcas se conectan, formando un símbolo que brilla con intensidad. Un viento helado lo envuelve, y el susurro en su cabeza cobra fuerza hasta volverse claro. Una única palabra resuena en su mente: "Vuelve". Adam siente un tirón en el pecho. La neblina lo cubre por completo.

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