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Mesa de Patrimonio
Miembros de la mesa José María Esteban, Antonio de la Cruz, Moisés Camacho, Alberto Ramos Santana, José María Aceytuno, Paula Vilches, José Antonio Muñoz Cueto y Antonio Gómez Ferrer.
El orden de redacción no significa importancia.
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El primer hecho que se constata es la falta de sensibilidad o estima de la población respecto al patrimonio. Son muy pocos los ciudadanos que valoran su patrimonio, un hecho que está ligado, sin duda, con la falta de conocimiento de lo que existe en el conjunto metropolitano de la Bahía de Cádiz en términos patrimoniales.
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Igualmente se aprecia el abandono de los llamados BIC (Bien de Interés Cultural) en la ciudad de Cádiz y otros bienes patrimoniales catalogados y/o protegidos, tanto históricos como contemporáneos, siendo un hecho objetivo la desidia de las instituciones al respecto.
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En la mesa existe coincidencia en que no hay un proyecto patrimonial definido para la ciudad de Cádiz.
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Se detecta también que no se aprovecha bien el patrimonio como factor de desarrollo turístico.
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Los ciudadanos no empatizan con las actuaciones patrimoniales.
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La falta de coordinación y generosidad interadministrativa a la hora de gestionar el patrimonio.
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El mensaje que se transmite al exterior sobre el patrimonio de la ciudad está distorsionado, es superficial e inadecuado.
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En cuanto al patrimonio natural se observa un exceso de contaminación lumínica en gran parte de la ciudad, con su máximo exponente en el paseo marítimo.
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Se detectan otras alteraciones del patrimonio natural de la ciudad, que se manifiestan en la falta de programas de arbolado y de movilidad sostenible, la contaminación por C02, el control de pérdidas de agua, etc.
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Se constata también la dependencia de las regeneraciones periódicas para el mantenimiento de las diferentes playas de nuestro entorno.
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La falta de sensibilización provoca que el patrimonio no represente una de principales preocupaciones de los gaditanos, con el consiguiente problema para su puesta en valor.
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Las instituciones hacen dejación de su funciones de tutela y sus competencias en materia de normativa, que redundan de forma negativa en la concienciación ciudadana hacia su patrimonio. Los intereses de los propietarios y empresariales representan, en muchas ocasiones, una amenaza para la preservación del patrimonio.
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Seguimos anclados en conceptos tópicos de nuestro patrimonio (3000 años de historia).
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Lo que hoy se puede ofrecer al visitante dista mucho de representar una oferta cultural atractiva, debido a la dejación y el olvido de nuestro propio patrimonio. El patrimonio histórico puede y debe ser un factor de desarrollo económico a través del turismo cultural.
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Los criterios de intervención en relación con la conservación y restauración de los elementos patrimoniales no llegan de forma adecuada a los ciudadanos.
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Deterioro de nuestro patrimonio como resultado de la descoordinación entre administraciones.
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Percepción errónea del patrimonio de Cádiz (algún catálogo de touroperadora aparece como puerto de Sevilla).
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Fenómenos del deslumbramiento, pérdidas culturales, consumo energético excesivo y efectos biológicos nocivos.
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Falta de calidad y planificación ambiental de la ciudad.
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Ausencia de una gestión costera a largo plazo.
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Existen programas educativos patrimoniales pero son escasos e insuficientemente apoyados desde las administraciones.
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Las instituciones hacen la vista ciega a las tropelías constantes que se cometen con nuestro patrimonio, con pérdidas irreparables.
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Autocomplacencia y falta de renovación del discurso.
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El patrimonio cultural de Cádiz no representa un motor de desarrollo a pesar del enorme potencial.
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Las actuaciones se realizan sin control alguno y, consecuentemente, solo existe una tímida respuesta ciudadana desde colectivos concienciados pero aislados.
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Ineficacia y lucha partidista a la hora de gestionar el patrimonio, que transmiten una crispación y generan desmotivación en la ciudadanía.
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Los proyectos de promoción de la ciudad son parciales e inconexos y no reflejan la realidad global existente en nuestro territorio.
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Las administraciones y muchos ciudadanos consideran un valor positivo una excesiva iluminación nocturna de las ciudades porque ignoran o desconocen sus efectos nocivos.
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Escasa actuación administrativa para mejorar la calidad ambiental de la ciudad. Desde el siglo XIX no se han abordado actuaciones relevantes en este ámbito.
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La pauta de intervención es la improvisación.
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Interpretación del patrimonio fomentando programas de sensibilización ciudadana y la educación en el ámbito del patrimonio en planes de enseñanza reglada, así como el uso de las TIC para su conocimiento.
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Reclamar a las Administraciones públicas y privadas el cumplimiento de sus competencias en materia de patrimonio.
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Crear una "Marca Cádiz" que nos defina patrimonialmente dentro del mundo.
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Fomentar la creación y consolidación de industrias que utilicen nuestros recursos patrimoniales.
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Articular la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones sobre el patrimonio de la ciudad.
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Procurar el entendimiento y coordinación de las Administraciones .
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Desarrollar un proyecto global y coherente del patrimonio de la ciudad.
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Concienciar a la ciudadanía sobre los efectos nocivos de la contaminación medioambiental urbana y promover acciones para solventar estos problemas.
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Llevar a cabo un Plan Integral de Calidad Ambiental para el área metropolitana de Cádiz.
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Promover un Plan Sostenible de Gestión Costera.